En alianza por la educación alimentaria: México- Colombia
En el marco del encuentro “Infancia Siempre Poderosa Latinoamérica” celebrado en el mes de abril en Bogotá por la RedSolare Colombia (que difunde la filosofía Reggio Emilia en defensa de los derechos y la cultura de la infancia) tuvo lugar un encuentro de educación y cultura alimentaria entre seis países latinoamericanos, entre ellos México. Durante el evento se realizaron conferencias magistrales así como talleres con la participación de Fundación Chukuwata (red educativa y cultural que promueve la innovación creativa y la co-construcción social a través del alimento) Slow Food Monterrey Sierra Madre, Fundación DINOS y Fundación Cocina Creativa, dijo María Alicia Ramírez creadora de Chukuwata y líder de Slow Food Barranquilla.
De igual manera, Alicia Ramírez manifestó que en el taller de cultura alimentaria asistieron maestros de primaria, directivos, artistas. “Las ponentes promovimos que los participantes experimentaran un trabajo alrededor de la cocina, cultura, tecnología, juego, narrativa (que son los ejes que rigen la propuesta de la cultura alimentaria). En un primer momento nos dimos a la tarea de explicar la importancia de trabajar en red y visibilizar la experiencia con el proyecto y programa de cultura alimentaria en las escuelas de Colombia y la experiencia que Cinthya Robleswelch la mamá de Rocco tiene en México”.
El alimento como una herramienta de transformación educativa y social
La líder de Slow Food Barranquilla indicó que la filosofía Slow Food ha impactado e inspirado de forma importante a la Fundación Chukuwata. “En nuestro proyecto de cultura alimentaria partimos de la cocina, del alimento como centro, conectamos la cocina con diferentes ejes transversales presentes dentro de todo el currículo escolar, cocina y alimento son componentes necesarios para la educación en escuelas y comunidades en el siglo XXI. En nuestro quehacer con escuelas y espacios educativos conectamos cocina y cultura, cocina y arte, cocina y diseño, cocina y sostenibilidad, cocina y juego, cocina y narrativa”, dijo.
Con granadas y lechugas en mano hagamos nuestra propia revolución alimentaria
Por su parte Cinthya Robleswelch la mamá de Rocco líder de Slow Food Monterrey Sierra Madre manifestó sobre su participación en el taller de educación y cultura alimentaria: “mi participación consistió en la realización de dos talleres, cada uno con asistencia de 25 personas, en su mayoría maestros de diferentes partes de Latinoamérica, así como directivos de escuelas y colegios; trabajamos con alimentos que nos identifican y con los que coincidimos, como lo son el maíz y el cacao, éste último de la región de Pichucalco, Chiapas y maíz del Estado de México; con estos ingredientes preparamos arepas y chocolate caliente”, indicó.
Durante el desarrollo del taller realizamos una reflexión sobre la forma en la que coincidimos a través de nuestros alimentos ancestrales. Y también introducimos la tecnología e invitamos a los talleristas a explotar desde diferentes perspectivas el alimento y su relación con nuestra identidad y cultura. Se hizo énfasis también en cómo a través del alimento podemos aprender integrando la matemática, la historia, ciencia, tecnología, química. En el desarrollo de los talleres nos basamos en los tres principios de Slow Food bueno, limpio y justo.
Asimismo, Robleswelch indicó que su estancia en Barranquilla también tuvo la finalidad de participar en diversos eventos. “Recibiré una capacitación por parte de la Fundación Chukuwata para poder implementar sus saberes, experiencias y programas”. En Terra Madre-Salone del Gusto 2014 tuve la oportunidad de coincidir con María Alicia Ramírez líder de Slow Food Barranquilla y a partir de ahí además de impulsar el trabajo que cada quien realiza desde su lugar de origen, hemos emprendido proyectos en común”. De igual manera, Cinthya Robleswelch dijo que gracias a la alianza emprendida en el tema de educación alimentaria, a ella y a la líder de Slow Food Barranquilla, se les han extendido invitaciones para participar en diferentes eventos.
La verdadera reforma del sistema de salud comienza en tu cocina.
La Mamá de Rocco apuntó que en su propuesta de educación alimentaria propone Laboratorios del Gusto para la familia “donde se trabaja con las familias y los niños con alimentos vivos y los ayudamos a conectar con la naturaleza. Reconectamos con la tierra y con lo que nos brinda. Aprendemos la diferencia entre comer y alimentarse. El vínculo con los alimentos vivos y nuestro vínculo como mexicanos. Las familias que asisten a los laboratorios se llevan todo un bagaje importante que pueden aplicar en su casa y ellas son las protagonistas del cambio desde su casa, desde su cocina y esto se permea en nuestra comunidad. Es importante y necesario fortalecer el vínculo familiar porque desde ahí, desde nuestras mesas y cocinas se deriva todo. Hay que hablar del alimento, porque el alimento es vida”.
Sobre la alianza de trabajo entre México y Colombia, María Alicia Ramírez dijo que contar con personas como Cinthya Robleswelch que quieren articular proyectos alrededor de la educación alimentaria es de suma importancia, ya que éste es un trabajo que no solo se hace a través de las escuelas. De igual manera, indicó que el cuento Tristán el Gato come colores le permite a la Fundación Chukuwata conectar desde diferentes ángulos, por ejemplo, en el tema de cocina y la narrativa, “tomamos el cuento de Tristán como herramienta para llevarle a los niños la idea de una comida saludable, y también los inducimos a la tecnología (a través de su versión en app”).
La educación alimentaria desde la perspectiva compartida
Finalmente, María Alicia Ramírez manifestó que este tipo de encuentros promueve el fortalecimiento de red como latinoamericanos alrededor del tema de cultura alimentaria. “Queremos conectarnos más allá de nuestras profesiones como un equipo interdisciplinario, para trabajar proyectos desde la ciudad, con la ciudad y para la ciudad. La idea es seguir trabajando regionalmente como latinoamericanos en un proyecto de cultura alimentaria desde nuestros diferentes países. Nosotras trabajamos todo lo que se refiere al niño que aprende en acción, al que juega en conexión con la huerta, con la cocina, aprende de autonomía, y de esta forma también con los niños y desde los niños aprendemos también nosotras”.
Para mayor información contactar la Oficina de Medios de Slow Food México
[email protected]
Twitter: @SlowFoodMex
Facebook: Slow Food México
Slow Food involucra a millones de personas dedicadas y apasionadas de alimentos Buenos, Limpios y Justos. Incluyendo chefs, cocineras tradicionales, jóvenes, activistas, agricultores, pescadores, expertos y académicos en 160 países; una red con 100,000 socios de Slow Food vinculados con 1,500 grupos locales (Convivium) a nivel mundial, contribuyen a través de una afiliación a Slow Food, además de organizar eventos y campañas; además de vincularse con más 2,400 Comunidades de Alimento Terra Madre que practican la producción de alimentos sustentable y de calidad a pequeña escala.